martes, 17 de abril de 2012

Las cascadas de oneta


Las cascadas de oneta
Las Cascadas de Oneta ( concejo de Villayón), son tres bellos y espectaculares saltos de agua. Las dos primeras de fácil acceso y la tercera un lugar que aunque en los blogs y páginas relacionadas se considera de gran belleza con accesos hoy día dificultosos, a juicio de las propias personas del pueblo.
Para acceder a la aldea de Oneta, debemos de tomar la carretera local AS-36, que une la capital municipal con la villa de Luarca.

En la propia carretera podemos ver el cartel que nos indica la orientación de las cascadas y el camino que debemos seguir en el pueblo para poder acceder a las cascadas que en esta ocasión queremos visitar. Una vez atravesadas las casas del pueblo seguimos una pista llana entre praderas y cultivos que nos hace alejarnos del pueblo y llegar a las cercanías del río.
Desde la pista, se ven lo que parecen ser los restos de un antiguo molino, desde ahí podemos ya ver nos lo que es  la cabecera de la primera de las cascadas, la denominada La Firbia, cuidado con la zona, que aunque desde este lugar no se aprecia la caía de la cascada es de unos veinte metros de desnivel.
De nuevo en la pista, continuamos el camino señalado, ahora en un descenso rodeado de árboles de diferentes características: castaños, robles, fresnos, acebos, etc...Siguiendo dicho camino, encontramos una cabaña antigua que dejaremos atrás estrechándose en este momento el sendero que hace un giro brusco a la izquierda.

Continuando por el sendero en este caso algo más ensanchado, llegamos por fin a las orillas del rio, donde a lo lejos ya podemos observar la esplendorosa cascada que se presenta ante nuestros ojos, la primera cascada de Oneta, la llamada “Firbia”. El agua se precipita desde veinte metros de altura hacia una poza rodeada de vegetación, las imágenes recogidas desde allí si son impresionantes.

A partir de aquí el camino deja de estar señalizado y surgen las dudas sobre el itinerario a seguir y las posibilidades de realizarlo al completo. Siguiendo el camino más lógico retrocedemos y en lugar de subir el camino inclinado por el que llegamos a la cascada continuamos de frente siguiendo el cauce del río Oneta. Este camino nos lleva hacia una antiguo molino llamado “Molin de Abaxo” que podemos visitar.  Continuamos por el sendero que se encajona entre muros de piedra y una importante vegetación. Desde allí, entre el silencio, ya podemos escuchar la cascada de Ulloa pero tendremos que seguir un sendero a la izquierda para poder contemplarla en su majestuosidad desde la base. Ya en la base podemos observarla en su totalidad, menos verticalidad que la de Firbia pero no por ello menos altura, unos 15 metros de desnivel y una belleza suprema.

Tras los consejos de los aldeanos de Oneta y continuar el camino durante un tiempo considerable sin acceder a la 3º y ultima cascada, procedemos al regreso, recomendando la visita de estas dos cascadas que en días soledados tienen que verse radiantes con el contraste de color y sugiriendo un mayor cuidado de estos paraísos naturales, pues el camino a partir de la 1º cascada está muy mal señalizado y el acceso a la 3º por las informaciones recogidas, no solo dificultoso sino rozando la peligrosidad.

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